Se acabó. El mañana que se tornaba incierto se transformó en un futuro sumido en la miseria. Puse demasiadas esperanzas en alguien que me ha acabado defraudando... ¡YO SÓLO QUERÍA SER FELIZ, JODER!, ¿a qué coño juegas Diosa Fortuna?, ¿acaso no merezco ser feliz?, ¿acaso debo vivir entre tinieblas, agazapado e infeliz? Si eso ha impuesto su Deidad, que así sea, ya no me quedan fuerzas para seguir luchando contra su poder. Sólo quedan lagrimas, lágrimas que solvaten todo el azúcar que guardo dentro de mí, que no es poco, y alcohol, litros de alcohol que cure las infectas heridas de mi maltrecho corazón.
Sé que volveré a tropezar una y mil veces con la misma piedra. El calor de mi corazón venció a la frialdad de mi cerebro hace mucho, y ahora no puedo hacer otra cosa que nadar a favor de la corriente impuesta. Soy consciente de mi debilidad. Soy consciente de que soy muy débil. Mi debilidad....
Hace un año, por estas fechas, me prometí que volvería a sonreir, dulce ironía...