viernes, 30 de marzo de 2012

Redemption; Chapter five, Home

5º - HOME

Infancia perdida. Madurez forzada.

Víctimas inocentes.

Ángeles ocultos.




Ilhuicamina abrió los ojos poco a poco, despacio. Las luces, a la que no estaba acostumbrado, le quemaban las retinas. Se hallaba tumbado boca arriba, en un mullido montón de algodón. Desde su niñez no había vuelto a dormir en una cama. La sensación era indescriptible. Se encontraba confuso y desorientado, pero una extraña familiaridad en el ambiente le hacía sentir a gusto, no tiene miedo.
El fuego crepita en una pequeña chimenea a unos metros de él. El fuego al que se enfrentó en el pasado había sido domado, y utilizado para proporcionar alivio y no dolor. Voces de desconocidos dialogan en la habitación contigua, estas voces le evocan vagos recuerdos de su infancia, pero no consigue identificar a quienes pertenecen, por lo que en un vano intento de escuchar mejor, se acerca a la pared que une ambas habitaciones:


- ¿Pero no te parece una coincidencia que Ilhuicamina haya regresado a la aldea después de tanto tiempo, justo cuando le ha pasado esa terrible desgracia al chamán?- dijo una voz de mujer. Dulce, reconfortante, pero a la vez estricta y seria, terriblemente seria.
- No lo sé, pero no creo que sus heridas se las haya provocado él mismo. Además, cuando llegó flotando al lecho del río estaba medio moribundo. Algo muy grave ha debido pasarle, esperemos que despierte pronto y nos cuente su historia. - dijo una voz masculina. 


Esa voz la recordaba perfectamente. Topiltzin. Su mejor amigo de la infancia, su mayor rival cuando aún vivía en el poblado. El chaval, un año mayor que él, a quién siempre quiso superar, mas nunca pudo. 
Ilhuicamina deja de escuchar por un momento, un tren de imágenes circula a lo largo de su mente. Recuerda toda su infancia, y se pregunta porqué no actuó Topiltzin en su defensa cuando le expulsaron hace ya cinco años de su hogar. ¿Qué motivos le empujaron a esconderse cuál vil reptil en su madriguera?. Él era su amigo, su mejor amigo, no debió abandonarle. Una lágrima llena de rabia brota del ojo derecho de Ilhuicamina. Quiere explicaciones. La furia vuelve a apoderarse de su cuerpo. Debe controlarse ya que, si no lo hace, la oscuridad volverá a consumirle...
Tras un pequeño desliz, se calma y continúa escuchando. La conversación ha adquirido tonos más agresivos, llegando incluso a algún que otro grito:


- ... El poblado está muy agitado últimamente, parece como si todo el mundo se estuviese volviendo loco por momentos. Como esto siga así, me iré pronto. Esta situación es insoportable, ¡que les den a todos! - dijo una voz femenina, más estruendosa que la anterior, por lo que Ilhuicamina deduce que en la habitación contigua hay dos chicas y un chico, Topiltzin.


Un portazo retumbó en toda la casa.


- ¿Qué le pasa ahora a esta? - dijo la primera mujer.
- Está preocupada por Ilhuicamina, por eso se comporta así. O eso creo. - respondió Topiltzin, en voz baja, casi en susurros.


Este último dato le hizo percatarse a Ilhuicamina de que podrían sospechar que se encontraba despierto, por lo que volvió a su cama. Meditó largo y tendido sobre el lecho en el que se hallaba. Mañana tendría todas las respuestas que buscaba.


El sol luce sobre las hojas del árbol que se haya al lado de la ventana. Por su altura, Ilhuicamina determina que debe ser mediodía. No hay nadie en la casa. Se encuentra confuso, por lo que decide salir fuera. Piensa que ver los edificios que veía en su infancia le ayudaría a encontrar una explicación a todo lo que pasaba a su alrededor. 
Al salir de la casa, la luz del sol le ciega, cuando de repente, alguien grita su nombre. Y siente como alguien le abraza. Contacto humano. Apenas recordaba lo que era eso. Su amigo de la infancia sonríe. Está feliz por poder ver al flojucho una vez más. Pero Ilhuicamina quiere respuestas.


- ¿Por qué me abandonaste? - Fue seco, contundente y enormemente frío. Rompió la magia del momento al instante.
- Pasa adentro, han pasado muchas cosas en tu ausencia, te lo explicaré todo. - respondió.


Ambos cruzaron silenciosos el umbral de la casa, cruzaron el pasillo en silencio, y tomaron asiento, sin que una sola palabra saliese de sus labios.


- Bien. Lo primero de todo lo siento. Yo también me quedé muy solo tras tu marcha. Ahora, deja que te lo explique todo.

sábado, 24 de marzo de 2012

Redemption; Chapter four, Behind the Darkness

4º - BEHIND THE DARKNESS

Oscuridad intensa. Luces cegadoras.

Autodestrucción.

Personas.


Oscuridad. Hiciese lo que hiciese, Ilhuicamina no hallaba más que sufrimiento. El dejarse llevar por la corriente con un fino hálito de vida, muestra de su fuerza de voluntad y el rechazo ante el sometimiento divino, le dió que pensar. Quizás él era en si mismo la oscuridad, fuerza celestial que atraía todo lo malo. Bondad que en cierta parte del camino se tornó perversa. Dolor angustioso. Rabia irrefrenable, deseosa de salir de un marchitado cuerpo. Meditó largo y tendido si al mundo no le iría mejor si el ya no estuviera y tomó una decisión de cobarde. Huir. No había hecho otra cosa en su vida. Nunca plantó cara a sus problemas, solo agachaba la cabeza, cerraba los ojos y salía corriendo. 
Decidió dejar de seguir flotando, imbuirse en las gélidas aguas del río y no volver a la superficie, nunca más.
Cerró los ojos. La Luna sería testigo de su final. Su magia ya no le hacía efecto, ya no podía continuar. 

- Yo también quería esas alas... Maldigo a los pájaros, que nacieron con el don de la libertad.

...Y soltó todo el aire que había en sus pulmones...

Poco a poco, se fue sumergiendo. El frío, se fue haciendo más y más intenso. Un frío que le quemaba la piel. Y perdió la consciencia, como en aquellas noches en la selva en las que solía dar rienda suelta a su locura. Empezó a ver su vida a la velocidad del rayo. Recuerdos felices se alineaban con sucesos trágicos. Unos y otros  montaban una coreografía rítmica. Secuencias vertiginosas de una vida propia. Llegó el momento del salto al vacío, y todo se tiñó de negro. Últimamente su vida giraba en torno a ese color. No conseguía ser feliz a pesar de buscar la felicidad en cada una de sus acciones. Por eso tiraba la toalla. No había ganas de seguir el espectáculo. Con un poco de suerte, vería a sus seres queridos en la otra vida.
 De repente, vio un punto blanco. Minúsculo, extremadamente pequeño, casi irrisorio. Esta efímera luz se fue haciendo cada vez más grande, y de ella salió una silueta femenina. Reconocería esas curvas a kilómetros de distancia. Esas curvas que tanto añoraba. Cada minuto de su triste existencia. Ella se acercó con paso firme. él se puso en pie; ya no sentía miedo. Cuando se encontraron frente a frente, sus caras fueron acercándose. Se fundieron en un pasional beso. Un beso que pareció eterno. Un beso para devolverle el aliento. Un beso para devolverle la vida.
Cuando se separaron, Zipactonal susurró sus últimas palabras:

- Es hora de despertar.

Y acto seguido le propinó una brutal bofetada al muchacho.

Ilhuicamina abrió los ojos poco a poco. Se encontraba tumbado boca arriba sobre tierra. El agua del río, congelada como cualquier noche, se colaba entre los dedos de sus pies, haciéndole cosquillas. Se sentía vivo. Empezaba de cero. Y no volvería a huir...
Tras él, suenan pisadas y lo que parecen voces humanas, pero se encuentra demasiado débil para entender lo que dicen:

- ¡Ayuda! ... muchacho ... río ... fuego ... calor ... .

Con los ojos aún entreabiertos, vislumbró la escena que se exponía ante él. Grandes construcciones de piedra que llegaban hasta el cielo se entremezclaban con casitas de paja y animales que no había visto nunca. Luces por todas partes. Todo eso era nuevo para él. Pero no tenía miedo. El dolor le había hecho fuerte.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Redemption; Chapter three, War

3º - WAR

Demonios internos. Guerra de intereses.

 Sangre. Sudor. Lágrimas.

 Paz. Liberación.

El majestuoso árbol había emergido de sus cenizas. Su poder semi-infinito, había consumido a quienes lucharon contra él. Ya casi no quedaban árboles en la zona de las cascadas. Sólo hiedras moradas, espinosas y dañinas. 
Sus frutos, hijos infectos de un incesto entre seres esperpénticos, se diseminaron por los alrededores, envenenando todo lo que encontraban a su paso; haciendo huir a los animales, haciendo mutar a las plantas.
La belleza natural de la selva había desaparecido completamente. Los árboles, antiguo hogar de monos y aves, habían desaparecido. Ya no quedaba nada más que un sol abrasador...

Y la noche... Que transformaba todo en una inmensa oscuridad. Cielo y tierra se unían formando un sólo firmamento. Pero dentro de esa inmensa oscuridad se hallaba luz, y Ilhuicamina por fin se dió cuenta de ello.
La Luna, las estrellas, seguían allí, brillando para él, no le habían abandonado. Eran su luz, habían estado escondidas, pero cuando las necesitó siempre estuvieron ahí. Recordó su infancia en el poblado, mirando las estrellas, sus únicas amigas. Recordó sus aventuras entre las copas de los árboles, con la noche de fondo. Recordó a Zipactonal. Lloró de rabia. No podía entender como el odio le había consumido tanto. Ella no hubiese querido verle así. Cumpliría su voluntad. Haría de este un mundo mejor y para ello, debía empezar por redimir sus pecados.
Era una noche seca. La ausencia de árboles se había llevado consigo a la humedad. Era una bonita noche para hacer el bien. Vandalismo en estado puro, pero todo por hallar la paz. El fin justifica los medios, solía pensar.
Cuando vivía en el poblado escuchó que el fuego purifica, e iba a realizar una purificación digna de un Dios.
Con el choque de obsidianas provocó fuego y con los restos afilados de estas hizo cuchillos. 
Se acercó al árbol de las Ánimas y rompió su negra corteza con el negro cuchillo. La savia, pastosa y blanquecina, hacía que se le pegasen los dedos. Una ínfima defensa una vez caído su ataque psicológico a Ilhuicamina. Acercó el fuego al árbol y este se extendió rápidamente, como un combustible. Y rápidamente rodeó a Ilhuicamina. Sería víctima de su propia obra macabra. Podía ver como su maestro, su mentor, su falso amigo en la última época de su vida se iba consumiendo poco a poco, transformándose en las cenizas que hubiese acabado siendo si él no hubiese intervenido. Los frutos, quemado, se tornaron completamente negros. Su zumo no volvería a amargar a nadie.
Vió la muerte cara a cara, al Kisín, a quién había hecho de su existencia algo efímero. Y se entregó al fuego. Él también debía purificarse, no debía quedar un sólo atisbo de maldad en el mundo. Zipactonal lo hubiese querido así. 
Corrió entre las llamas, ciego. El inmenso calor le reconfortaba por dentro, a la vez que le destruía por fuera. 

Y se hizo el vacío. 

No vió el borde del precipicio, y saltó sin darse cuenta sobre las cataratas. Se sintió liviano durante su caída.  "Esto debe ser la redención. Que los designios de los Dioses guíen mi destino. Me siento en paz".

martes, 20 de marzo de 2012

Redemption; Chapter two, Oblivion

2º - OBLIVION

Pisadas en el barro.

Sangre.

Gritos sordos en la oscuridad. Escalofriantes carcajadas. Siniestras oraciones.  

La noche se cernía sobre la espesura de las copas de los árboles. Las estrellas brillaban con una belleza única. Las luciérnagas revoloteaban juguetonas entre las flores, haciendo de la quietud de la selva algo maravilloso. La noche traía consigo la quietud y la calma. El bullicio y la vida matinal daban paso a la tranquilidad, el apaciguamiento de la noche...

Mas algo acechaba entre las sombras. Escondido. Esperando el momento para atacar a presas durmientes. Esperando para hacer daño. Para hacer sufrir. Esa criatura era Ilhuicamina, o lo que quedaba de él, que no era más que un cuerpo vacío...

Enfurecido con el mundo, envuelto en un aura tenebrosa, merodeaba trepando por las ramas de los árboles.

Una familia de tapires dormía plácidamente en un rincón de la selva, ajenos al peligro que estaba a punto de condenarlos. Un peligro con nombre propio, Ilhuicamina. La locura, el odio, la soledad, le habían vuelto loco, por eso era peligroso. Tras una apariencia tranquila y simpática se hallaba un alma psicópata, con sed de sangre. Puede que todos tengamos una personalidad psicótica latente, enjaulada en el rincón más oscuro de nuestro cerebro, pero él había perdido el sentido de lo que estaba bien o mal, y su mini-yo psicópata fue fortaleciéndose, hasta el punto de poder doblar los barrotes que le aprisionaban con el movimiento de su dedo meñique.

Tenía sed de sangre, y bebió. Vaya que si bebió...

Degolló una a una a las pequeñas criaturas que se encontraban indefensas, con una pérfida sonrisa en sus labios, mientras la sangre le salpicaba su torso desnudo y sucio. Cuando acabó con la vida de todos ellos, lanzó una sonora carcajada al cielo fruto de su locura. Bañado en sangre, el niño que había crecido demasiado deprisa se sentía feliz. Ese líquido espeso y rojo era como agua en medio del desierto. El dolor de los demás le causaba placer. Entonces procedió al ritual que realizaba cada noche, bajo el manto de la cubierta de los árboles y junto a la pila de cadáveres, víctimas inocentes de la locura. Procedió a ofrecer esos cuerpos inertes a la oscuridad, quién le había otorgado el poder de sembrar el caos; padre de la infecta criatura que era ahora:

                 -  ¡Oh Kisín, Dios Oscuro, Dios de la Muerte, yo te invoco! ¡A su Deidad, que en su misericordia decidió darme el poder de juzgar a este pútrido mundo, le entrego yo estos sacrificios, no hay necesidad de que estas alimañas asquerosas interrumpan el sueño de un Dios, por lo que siga descansando, ya han sido juzgadas y condenadas al Xibalbá!. Hediondo le llaman, ¡ JA!, cuán cómicos pueden llegar a ser estas putrefactas criaturas cuya existencia ya es en sí una blasfemia...

El árbol de las Ánimas se iba haciendo cada vez más grande, debido a las ofrendas que noche tras noche recibía, por lo que llegó a infectar a los árboles de su alrededor, y estos comenzaron a pudrirse, lenta y paulatinamente, a la vez que las moradas hojas de la reencarnación del innombrable se volvían más y más turgentes, duras, con escamas y espinas que brillaban con una luz diabólica a la luz de la Luna.

La locura había asolado una gran parte de la naturaleza verde que antes predominaba en la jungla. Ahora no se encontraba otra cosa que muerte, llanto y desolación. Ilhuicamina se creía el dueño y señor de toda esa tierra. La oscuridad era una espesa venda que le impedía ver la realidad. El verdadero Rey de todo era Kisín, señor tenebroso, representante de la oscuridad y de todo lo malo. El era el artífice de todas las desgracias. Ilhuicamina no era más que un simple peón. Una víctima que creía ser verdugo; una corriente de viento que creía ser Dios.

Redemption; Chapter one, "Running away"


                           


1º - RUNNING AWAY

Sudor, mareo, náuseas, confusión.

Lluvia.

Cantos de pájaro. Rugidos de pumas. Sonidos de la selva.

Ilhuicamina dejó de ser fuerte. Ese niño que había luchado contra el destino fue vencido por este, y se sumió en la oscuridad. Le atraía el poder que esta emanaba; poder que rezumaba a borbotones y que Ilhuicamina ansiaba, quería, necesitaba...
Se hallaba ante el árbol de las Ánimas, pequeño, de madera negra, con largas hojas moradas. El árbol cuyo fruto irradiaba maldad, irradiaba poder.
Ilhuicamina se acercó titubeante a coger uno de esos frutos morados, alargados y arrugados. Los animales no se acercaban a comer a ese lugar. Los monos no jugaban entre sus ramas. No había nidos en sus oquedades. Era un sitio oscuro que representaba todo lo malo que hay en nosotros mismos.
Titubeó, no decidía qué hacer. Perder todo atisbo de luz, aún a sabiendas que el poder que iba a conseguir, ese que tanto anhelaba, le acabaría consumiendo. Pero era un cobarde, y tomó la solución más fácil, morder el fruto con fuerza. Su zumo, amargo, le quemaba las entrañas, poco a poco fue sintiendo cada vez más frío; el sudor le recorría la espalda, congelado como un témpano de hielo. Empezó a sentir convulsiones, la fiebre le iba subiendo. Perdía la visión. Sentía que todo le daba vueltas. Por primera vez escuchó al silencio en la selva. Cayó al suelo de un golpe, inconsciente. El charco de sudor que había producido fue absorbido por la tierra, y llegó a su legítimo dueño, el árbol maldito, el árbol de las Ánimas.

Pasó tiempo, mucho. Fue algo intangible, quizás fueron minutos, quizás años. 

Hasta que volvió la lluvia. La lluvia que se lo había llevado todo despertó la poca conciencia que quedaba en él. Poco a poco se fue levantando. Débil, pero decidido. Tambaleante, pero seguro. Ciego y lleno de odio, gritó con todas sus fuerzas. Su voz, retumbó en toda la selva y despertó a cuantos seres habían en él.
Una bestia había despertado esa noche. Su mirada, llena de odio, solo tenía un objetivo, hacer que todos sufriesen igual que él. Podría no ser justo, pero la vida no había sido justa con él. El odio había vencido al amor y había hecho un festín con sus entrañas.

domingo, 18 de marzo de 2012

Coincidencias que me hacen alucinar...


I'll never forget the way you feel right now... I won't do that.

I'll never forgive myself if we don't go all the way tonight... I won't do that.

I'll never do it better than I do it with you... I won't do that.

I'll never stop dreaming of you every night of my life... I won't do that.

Sooner or later you'll be screwin' around... I won't do that...


Esta canción, fue número 1 en listas el día que nací. Dice mucho de cómo era la sociedad de aquel entonces, antes de que la promiscuidad, el odio irracional y el ansia de sangre devorasen los pilares de una semi-utopía, dejándola en cueros, triste, asustada, débil. 
Por mi parte, sigo diciendo que soy un hombre atrasado a mi tiempo... Muy mal tenemos que estar haciéndolo para que mi generación sea la primera que no cree oficialmente en el amor... ¿Follamigos?, ¿qué clase de esperpento propio de un incesto es eso?. Seremos los humanos más inteligentes de la historia, sí, pero en lo que respecta a inteligencia emocional, hasta el Homo Erectus seguro que nos daba mil vueltas.

Me gustaría poder ser un romántico, sin que vaya unido a un "Achoooo, menudo mariconazo estás hechoooo", bueno, rectifico, "A$h0o0 preehhm0oHh, BaiIiaA 1 PuT0 m4ric0na$h0oO, JaB€n?". En el fondo me da igual, sigo pensando que el amor puede con todo (y, sinceramente, alguien que escriba así no debe ser difícil de dejar en ridículo), pero, no sé, me gustaría que la sociedad tuviera otros valores... Soy un loco soñador, qué le vamos a hacer hahaha.

Ya no lo veo todo tan negro,
la sociedad me importa un pimiento,
porque he encontrado a alguien,  
alguien  con sentimientos parecidos.
Y me he dado cuenta de una cosa:
"Que el mundo haga lo que le de la gana,
me conformo conque tú tengas principios"

sábado, 17 de marzo de 2012

Autroducción a "El circo de las mariposas"



SUEÑOS

Te lo debo todo. Tú. con tus resplandecientes alas de luz, iluminaste mi camino. Fuiste mi guía en las noches más oscuras. Volví a creer en el destino. Volví a no tenerle miedo al futuro. Volví a sonreír, gracias a ti.
Dices que no hay luz sin oscuridad. Que la oscuridad que tengo dentro es ínfima en comparación con la luz. Ahora puede que sea cierto, pero porque tú la has puesto ahí.
Hace unos meses no era más que un cuerpo vacío, un alma en pena, un "ángel con las alas sucias", pero ahora tengo algo por lo que luchar, porque no quiero despertar de este sueño en el que estoy sumido. Estoy a gusto así. SOY FELIZ....
.
.
.
.
.
... y mi único objetivo ahora es conseguir que tú también lo seas.



Gracias por hacerme ver que no debía rendirme, que no existe un final absoluto y que la oscuridad, por muy profunda que sea, guarda pequeños hálitos de luz, que hay que apreciarlos antes de que se vayan y los perdamos.
Te quiero, por si no te lo había dicho suficientes veces.

domingo, 11 de marzo de 2012

52-95-8 42-28-20

La cabeza me da vueltas. Y no he bebido.
Me duele el estómago. Y no he comido.
Quiero estudiar. Y no puedo.
Solo puedo estar tumbado en la cama, mirando el techo. Por otra parte, es normal, ya que a Trujillo solo ha venido mi cuerpo, la cabeza la tengo en otro sitio...

Nunca un fin de semana había pasado tan despacio...


jueves, 8 de marzo de 2012

Pido perdón y permiso...

PERDÓN:
Perdón, por no darme cuenta de lo que tengo.
Perdón, por estar tan ciego.
Perdón, por no recordar los momentos importantes que hemos pasado juntos. (Y, bueno, gracias por ayudarme a recordar. Por ser mi luz. Mi ángel.)
Perdón por ser tan tímido y hacértelo pasar tan mal.
Perdón, básicamente, por no haberte conocido antes. Es de lo único que me arrepiento. Incluso me alegro de haber sufrido, porque eso me ha hecho ver la luz y darme cuenta de quién estuvo ahí. De quién merece la pena realmente. De cómo es en realidad esa persona que tiene tantísimas cosquillas...

PERMISO:
(Toc, Toc) Quiero entrar en tu vida. Ábreme la puerta, por favor. Me he dado cuenta del frío que hace aquí fuera y, aunque sea medio vasco, me siento helado sin tu calor.

Quiero que te des cuenta que San Valentín es un día más, sí, pero también que todos los días pueden ser San Valentín. Te lo dije hace meses. Tenemos derecho a anhelar la felicidad y a conseguirla. Permíteme que te haga sonreír. Me estoy dando cuenta que los días en los que no veo tu sonrisa son tristes y vacíos...


Baby it's you.
You're the one I love.
You're the one I need.
You're the only one I see.
Come on baby it's you.

martes, 6 de marzo de 2012

Snow

Me desperté esa mañana, con ganas de comerme el mundo.
Desayuné fuerte escuchando a Mozart, y me motivé lo suficiente para afrentar a la dura ventisca que se desataba allí fuera.
Abrí la puerta, con fuerza, para que el mundo viese que no le tenía miedo a nada. Crucé el umbral, y esta se cerró a mis espaldas. Hacía frío, y no encontré a nadie en la calle. Todos estaban en sus mullidas camas, calentitos, sin preocuparse por lo que ahí fuera pudiese suceder.
Apenas veía nada a mi alrededor. El hielo me llegaba a los huesos, me hacía cerrar los ojos, me congelaba las lágrimas. Con toda mi fuerza de voluntad, proseguí mi marcha, sin mirar atrás, deseoso de llegar a región, ver algún rostro conocido, y sentir calor.
Mas cuán caprichoso es el destino, que decidió que, al llegar a aquel oasis entre tanto dolor me hallase con la puerta en las narices, con una mano delante y otra detrás, abandonado como un triste chucho callejero. Pasé frío, mucho frío, un frío que incluso quemaba.
Vagué, vagué taciturno por las calles de la ciudad, viendo cómo todo el mundo era feliz en sus hogares; y yo, el vagabundo, el loco soñador al que la realidad dio de ostias, decidí refugiarme bajo el puente de las Ánimas. ¡Oh caprichoso Destino, que volviste a hacer de las tuyas!
Y es que, cuando más alicaído me hallaba, encontré a personas como yo, deseosas de ver la realidad como es, y que fueron repudiados por la cruenta sociedad que nos gobierna.
Entre bidones de gasolina y basuras, reímos, lloramos, debatimos, crecimos, nos enamoramos, nos peleamos. Fuimos felices.
Apenas sin darnos cuenta, la primavera llegó, el hielo, que nos impedía volver a casa, se derritió. Podíamos volver a casa. Pero, ¿dónde estaba nuestra casa?. El objetivo de regresar nos había obnubilado tanto, que no nos habíamos dado cuenta de los lazos afectivos que nos unían. Aquellos vagabundos sin hogar eran ahora mi familia. Y ellos pensaban igual.
Algunos nos abandonaron, huyeron, volvieron con la cabeza gacha y el corazón húmedo a sus casas.
Los que quedamos, cogimos nuestros macutos, nuestros hatillos, la loca llamó a sus gatos, y nos fuimos. Recorrimos el mundo, promulgando nuestros ideales. Nuestro propio movimiento hippie, nuestros lazos de unión. Nuestros pensamientos. Sueños.

domingo, 4 de marzo de 2012

Slipping away

"Te quiero". "Te amo". "Te deseo". "Eres parte de mi. Mi luz. Mi mundo".

¡Cuán difícil es pronunciar estas palabras en tu presencia!. Maldigo esta triste personalidad que huye, cobarde cual roedor, ante los entresijos que nos ha deparado el destino. Como el león del "Mago de Oz", no busco otra cosa sino valor; valor para soltarte de retahíla todos y cada uno de los versos que he compuesto en tu honor. De decirte lo que siento a la cara. Sin indirectas, ni máscaras. No hay peor debilidad que la timidez. Los golpes puedes contrarrestarlos, los insultos, ignorarlos. Pero este fuego que me quema dentro. Este fuego, me mata cada día un poquito.

Siempre me acuesto pensando: "Mañana voy a mostrarme como realmente soy"... será que en el fondo soy un cobarde que no puede hacer otra cosa que esconderse tras un tupido velo, bajo el cuál hay una máscara y, tras esta, kilos y kilos de maquillaje. Poca gente conoce mi historia. Un secreto a voces, pero que a nadie parece interesar. Poca gente se ha atrevido a hurgar en mi mente, aún cuando solo han arañado la superficie, tengo que darles las gracias. La intención es lo que cuenta.

sábado, 3 de marzo de 2012

Here we are at the stars

"Dark is false. Here comes the rain. To wash our way."

Luces de neón. Faros de coches. Sirenas.
Voces que entrechocan entre el agitado gentío. Melodías que endulzan nuestras existencias, aunque nos impidan oir la realidad que nos es indiferente.
Calor. Sentir el tacto de personas que te son extrañas, pero se muestran tal y como son. Sin máscaras.
Sentirse libre, aireado, purificado, aún cuando estás en un cuchitril, asfixiado y con más alcohol que sangre recorriendo tu cuerpo.
Sólo hay que mirar hacia otra parte. Dejar lo malo atrás. Por lo menos, esta noche. Esta noche me desfasaré sin pensar en las consecuencias. Mañana... mañana será otro día.

Consejo entre clase y clase

"Tienes que apreciar todo lo que tienes. Que no tengas que perderlo para darte cuenta de lo importante que era para tí".

Sabias palabras de una sabia persona.

jueves, 1 de marzo de 2012

Another side, another story

Act 1: Infinite in grace is the good of the goddess. With her wings of light and darkness, she will embrace the world, and the end of it will have come. Embrace your dreams. Protect your honour. Live as a hero, as a bachelor, as a man, as a kid. It's your choice. No has to change you, because, in the end, the goddess will protect, with her brighter wing, people with pure heart. Pure soul. There will be no mercy to those ones who lived with the sin. Me, the unforgiven... I know that paradise has no place for me, but I don't care. I am going to be the light of the heartless. I'm going to be a LEGEND!

Act 2: The day that never comes, has come. We used to talk about future, but now it is present. It is real... Wait, Is it real?, Is it a nightmare, a walk trough my unleashed madness? I don't think so. The fire rain is burning my skin, and the vision of my light going away has burnt my soul. We made a promise, "We will meet again, don't cry, Hikari", when we were young, when love didn't hurt. When we used to shout to the city. When we used to fight against waves at the beach, looking at the sky, smiling. It was awesome, but I cannot choose the same path as you. No light, or darkness. The shadows that prelude the dawn. A prelude to a brand new life. I want to save everybody, and I have to refuse Goddess' offer in order to get it. I will find the redemption of unconscious people. Those children who used to have pure heart, and was stolen by the society. I'm like them. But I'm conscience of my weakness, and it makes me strong. Don't worry about me. I will survive.

Act 3: I chose the darkness that ended in the light, but I can see its shine now. I have fallen in the black hole of my own mind. Maybe I'm sadic, or just stupid. I have found an unfair world, where criminals gobern the pure hearts, stealing their energy, their lives. I tought bravery would make me strong, but it wasn't true. I have suffered for no reason. I couldn't save anybody. Just an Epic Fail. And now, I'm another lost soul. One of millions, with no differences with my neighbour.
But today, when I was walking arouns as usual, light has shined my heart again. She has come to me, as I am, and she has told me "I trust in your heart. Don't give up. I'm waiting for you". Now, I have the reasons to fight that I lost. With another body, she has come to me, as an angel, and has save me. We will meet again, so soon. I can see the end of the path so near.